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Estos productos y sectores generan la mayoría de flujos ilícitos en América Latina

Enviado por Infolaft el

Artículo por: Infolaft

Los flujos financieros ilícitos originados en operaciones fraudulentas de comercio exterior son cada vez más grandes en América Latina. Análisis con base en un documento de la ONU.

 

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que pertenece a la Organización de Naciones Unidas, publicó la edición 68 de su ya tradicional Estudio Económico de América Latina y el Caribe. Este informe, que busca presentar el desempeño de la economía de la región durante el año inmediatamente anterior (para este caso de 2015) así como las perspectivas de crecimiento, trae en esta ocasión un acápite que estudia de forma pormenorizada los flujos financieros ilícitos que se originan en la región derivados de la manipulación del comercio internacional.

Esta movilización de recursos ilegales suele tomar la forma de transacciones ocultas y, por lo mismo, las metodologías de medición o estadística no son definitivas en cuanto a su alcance, sobre todo cuando se trata de delitos de difícil cuantificación. Es por esta razón que el informe de la Cepal versa únicamente sobre los fraudes de subdeclaración o sobredeclaración de bienes importados y exportados, de los que sí se tiene, al menos, un estimado.

 

La magnitud de los flujos financieros ilícitos

Los flujos financieros ilícitos —que como ya se mencionó son movimientos de recursos de un país a otro cuyo origen, transferencia o utilización fue ilegal— se derivan por lo general de actividades mercantiles irregulares de comercio exterior (sobre todo de la manipulación de facturas y utilización de precios abusivos), así como de actividades de corrupción y de otros delitos asociados al crimen organizado.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), el total de pérdidas mundiales asociadas a maniobras ilegales de evasión y elusión tributaria vinculadas al comercio internacional alcanza alrededor de USD 240 000 millones de dólares cada año, equivalentes a entre un 4 % y un 10 % del total de recaudación del impuesto sobre la renta de empresas y otras personas jurídicas en el mundo.

Por su parte, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad por su sigla en inglés) no solo coincide en la cifra, sino que agrega que los países en vías de desarrollo, como los de América Latina y el Caribe, son más propensos a sufrir mayores impactos derivados de las corrientes de flujos financieros ilícitos.

Y es que durante los últimos diez años en la región se presentó un aumento del flujo ilegal de recursos por la manipulación de precios del comercio internacional hasta alcanzar la escandalosa cifra de 1.8 % del PIB regional (el equivalente a USD 765 000 millones de dólares entre 2004 y 2013), del cual el 66 % correspondió a sobrefacturación de importaciones y un 34 % a la subfacturación de exportaciones.

Estas cifras han generado alarma porque tan solo en 2013, el último año analizado en la muestra, las salidas ilícitas llegaron a USD 101 600 millones de dólares en Latinoamérica y sus correlativas pérdidas fiscales ascendieron a USD 31 000 millones de dólares en cada uno de los países afectados.

 

Distribución por países

El estudio parte de la premisa de que a mayor interacción de un país con la economía global hay mayor propensión a que la base tributaria se vuelva porosa al ser afectada por tres factores elusivos: el aumento de incentivos tributarios y asistemáticos, la planeación tributaria agresiva y los flujos de dinero ilícito con origen en el comercio internacional y las corrientes de capital.

En concordancia con esta tendencia, el estudio evidencia que en América Latina, salvo la curiosa excepción de Costa Rica, las economías más grandes y conectadas son las que más concentran el tránsito de flujos ilícitos.

El primer y segundo lugar en la región en términos de montos estimados de manipulación de precios del comercio exterior lo ocupan México, con USD 48 000 millones de dólares (48 % del total regional) y Brasil, con USD 18 000 millones de dólares (18 %). Lo anterior no solo muestra que las dos economías más fuertes producen el 66 % de los flujos financieros ilícitos de toda la región, sino que ambas se encuentran estrechamente vinculadas al comercio internacional.

A ellos les sigue Costa Rica, que es un caso excepcional porque, a pesar de ser una economía que produce tan solo el 1 % del PIB regional, concentra el 8 % del total de salidas ilícitas con USD 7773 millones de dólares.

A continuación se encuentran Chile, que con USD 6830 millones de dólares concentra el 6.8 % de estos flujos; Argentina, que consolida el 4.7 % (equivalente a USD 4716 millones de dólares); y Colombia, país del que salen aproximadamente USD 3259 millones de dólares de flujos financieros ilícitos, equivalentes al 3 % del total regional.

Por su parte Perú, Venezuela y Ecuador cierran los primeros ocho lugares con un promedio de alrededor de USD 2440 millones de dólares entre los tres, algo así como el 2.4 % del total regional. 

 

Fuente: Cepal (2016). Estudio Económico de América Latina y el Caribe. 

 

Además de enunciar este listado, el informe de la Cepal profundiza un poco más en el análisis y procede a comparar estos flujos ilícitos en proporción al PIB de cada país, lo que evidencia que los Estados centroamericanos son los que más aportan recursos ilícitos en términos de magnitud.

Como ya se mencionó, Costa Rica está a la cabeza, pues en este país los recursos ilícitos alcanzan el 15 % del producto interno, seguido de El Salvador, Guatemala y Nicaragua, en los que el valor es superior al 2.5 %.

 

¿Cuál es el destino y origen de estos flujos?

Las transacciones con Estados Unidos originan el 38 % de flujos financieros ilícitos en América Latina, mientras que las operaciones con China generan el 19 %. Esto significa que en el período de la medición, que comprende los años 2004 a 2013, la economía estadounidense recibió USD 292 000 millones de dólares de flujos financieros ilícitos latinoamericanos, mientras que a China fueron a parar USD 147 000 millones de dólares.

Más allá de estas potencias mundiales, Japón, Corea, Alemania, Canadá, Italia y Francia son las siguientes seis naciones que más reciben flujos financieros ilícitos. Es importante señalar que los flujos de capital ilícito tienden a concentrarse y dirigirse a los mismos socios comerciales, por lo que se debe estar alerta con dichas jurisdicciones.

Sin embargo, vale aclarar que no todos los recursos financieros ilícitos que nacen en América Latina y salen de las fronteras de algún país latinoamericano o caribeño se dirigen fuera de la región, pues México y Brasil son dos jurisdicciones atractivas hacia donde canalizarlos. Así, por ejemplo, a la economía mexicana entraron USD 17 000 millones de dólares y a la brasilera USD 12 500 millones de dólares por concepto de distorsión en los instrumentos de comercio exterior en una década.

En cuanto a su origen, el estudio es concluyente en afirmar que es la industria manufacturera de productos electrónicos (incluidos computadores, circuitos integrados, microestructuras electrónicas, y aparatos de telefonía, radiotelefonía, radiodifusión y televisión) así como la de producción de automóviles y autopartes las que más han dado origen a recursos ilegales desde América Latina.

En comparación, a nivel mundial los productos que más generan flujos financieros ilícitos son el petróleo, minerales y metales, mientras que los principales destinos de dichos recursos son China e India. Este panorama es comprensible dado que el continente más afectado con la manipulación del comercio exterior es África (rico en minerales e hidrocarburos).

 

Algunas medidas para corregir este fenómeno

La Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de las Naciones Unidas, celebrada en julio de 2015 en Addis Abeba, Etiopía, realizó una serie de recomendaciones a los Estados para corregir y reducir los impactos derivados de la manipulación del comercio internacional con fines fraudulentos.

En primer lugar, se llegó a la conclusión de que es imperativo ampliar la base tributaria y mejorar los sistemas de recaudo como medida inicial para combatir la evasión tributaria y los flujos financieros ilícitos.

Adicionalmente, resulta necesario realizar un fortalecimiento de la regulación nacional para prevenir y castigar conductas de evasión tributaria y de corrupción, mientras que en paralelo se fomenta la publicación de informes y estudios de organismos internacionales acerca del volumen y composición de los flujos financieros ilícitos como medida de pedagogía, y se desincentiva de forma efectiva el envío de recursos ilícitos a paraísos fiscales.

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