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Reingeniería del proceso de segmentación

Enviado por Infolaft el

Artículo por: Infolaft

Segmentación para prevenir el LA/FT. Imagen Freepik

Segmentación para prevenir el LA/FT. Imagen Freepik

La segmentación es una exigencia normativa que tiene utilidad más allá del mero cumplimiento legal. En este artículo, infolaft lo invita a que vuelva sobre este proceso desde su labor diaria de cumplimiento y a que vea, con sus propios ojos, que a través de la segmentación es posible determinar cuándo vincular o desvincular clientes, a cuáles se les debe realizar una debida diligencia reforzada y cómo estructurar señales de alerta.
 
En el foro infolaft del pasado 17 de noviembre, dedicado a las Etapas del Sarlaft, el director de infolaft, Alberto Lozano Vila, presentó una novedosa propuesta para mejorar el proceso de segmentación, toda vez que, según dijo, “es momento de superar la segmentación que sirve para el mero cumplimiento legal para pasar a aquella que sea útil realmente para la toma de decisiones estratégicas en las empresas”.
 
Para ello, continuó, no basta conformarse con la segmentación que exige la regulación y cuyo objetivo principal es hacer eficiente la gestión del riesgo de LA/FT de un grupo de elementos que conviene no gestionar de manera individual por los costos operativos.
 
Es cierto que esta es la segmentación que se requiere para cumplir con la norma y así evitar sanciones del supervisor, pero existen otras segmentaciones que pueden ser aplicadas a la toma de decisiones estratégicas en cada empresa.

Reingeniería: variables nuevas y modelos adicionales de estadística

Hay tres decisiones básicas que se pueden tomar aplicando el método de la segmentación: (i) cuándo es procedente vincular o desvincular (ii) cómo aplicar la debida diligencia según el nivel de riesgo (a mayor riesgo mayor control) y (iii) cuáles son las alertas que mejor se acomodan al perfil de riesgo de la organización.

Segmentación para la vinculación y desvinculación: eficiencia preventiva

La segmentación para la vinculación y desvinculación de clientes es un buen mecanismo para determinar cuáles son los clientes objetivo de la empresa y, por consiguiente, con qué personas no se quiere realizar transacciones ni operaciones.

La particularidad radica en que para que la segmentación sirva para este fin se requiere incluir fuentes de información no estadística que aporten más datos sobre los clientes.

Así, resulta indispensable tener como base para el conocimiento de los objetos que serán segmentados la mayor cantidad de datos de prensa y de información pública disponible, la retroalimentación que las autoridades hacen a través de documentos que aporten información sobre empresas y las sentencias judiciales en firme.

Una vez se han definido las fuentes de información no estadística que se van a utilizar en el modelo, el paso siguiente debe ser la estructuración de políticas que se traduzcan en reglas prácticas, tanto para la conformación de los segmentos como para gestionar cada uno de ellos, por ejemplo imponiendo criterios de prudencia frente a cierto tipo de contrapartes (como pueden ser no vincular tipos societarios anónimos o entidades públicas, preferir vincular multinacionales, desvincular positivos de la Lista de la Ofac, etc.).

De esta manera, al segmentar a los clientes de acuerdo a información pública no estadística es posible agruparlos según un perfil de riesgo más cercano a la realidad y, por ende, es posible así decidir con más elementos de juicio acerca de su vinculación o desvinculación.

La pregunta que responde esta segmentación es: ¿vinculo/ no vinculo/ desvinculo a determinado cliente?

Segmentación para la debida diligencia: eficiencia operativa

Si bien la debida diligencia es un proceso que es exigido por la normatividad de prevención del LA/FT, la regulación no contempla de forma detallada asuntos importantes concernientes a ella como son los controles diferenciales según el nivel de riesgo, que hacen referencia a la necesidad de estructurar tres niveles de debida diligencia (simplificada, normal y reforzada) de acuerdo con el nivel de riesgo de las contrapartes para aplicar medidas de gestión especiales para cada segmento.

Para lograr este objetivo, como parece obvio, es necesario partir de segmentar a los clientes en tres grupos según su perfil de riesgo para así determinar a cuál segmento se le debe aplicar la debida diligencia simplificada, a cuál la estándar y a cuál la reforzada.

La pregunta que responde esta segmentación es: ¿a qué clientes les hago debida diligencia simplificada/ normal/ reforzada?

Segmentación para generar alertas: eficiencia ‘detectiva’

Si bien la segmentación no resulta ser el mejor método para generar una alerta, pues en la actualidad existen esquemas de banderas rojas menos complejos y más efectivos, este método resulta oportuno a la hora de robustecer un sistema de señales de alerta existente.

En este caso, partiendo del conocimiento de los segmentos existentes, lo recomendable es iniciar un proceso de observación del comportamiento de los objetos segmentados para definir señales de alerta cuando una persona cambia de segmento (por ejemplo, del de las pymes al de grandes empresas), o cuando, sin cambiar de segmento, una persona empieza a comportarse de forma muy diferente a los otros componentes del grupo.

Además de esto, utilizando la segmentación también es posible establecer alertas determinadas para cada uno de los segmentos. Por ejemplo, es factible decir que en el segmento de las multinacionales no se usa el efectivo y, así, si alguno en ese conjunto realiza una transacción en efectivo, se genera una alerta.

La pregunta que responde este tipo de segmentación es: ¿cuándo es inusual el comportamiento de un cliente?

Lo que se puede hacer hoy

Más allá de esta propuesta holística de estrategia corporativa que llama a utilizar la segmentación en varios procesos de decisión, y que puede requerir de un esfuerzo considerable por parte del área de cumplimiento para su implementación, desde ya hay varias maneras sencillas de empezar a robustecer el sistema de segmentación actual desde las tareas diarias del ciclo de gestión del riesgo de LA/FT:
  • Dele a cada uno de los segmentos un nombre derivado de sus componentes o sus características con el fin de que esta verbalización sirva de referencia nemotécnica para los encargados de los procesos de cumplimiento y facilite la comunicación entre diferentes áreas cuando la gestión del riesgo exige la intervención de varias de ellas.
  • Tenga en cuenta que, si bien una segmentación ideal sería una que dijera con exactitud cuáles son los clientes buenos malos, hoy existen obstáculos que dificultan este objetivo como son la baja calidad y la falta de completitud de la información que se utiliza.
  • Reconozca que, a través de su segmentación, usted ya cuenta con información importante de cada segmento: quiénes se categorizan como Personas Expuestas Políticamente, en dónde se han presentado la mayor cantidad de operaciones inusuales, qué segmento ha generado mayor número de Reportes de Operaciones Sospechosas, cuál es el perfil de comportamiento transaccional de ciertos clientes y cómo varía de periodo a periodo, entre otros.

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