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13 años en el infierno

Enviado por Infolaft el

Artículo por: Infolaft

Tras varios años de lucha, el América de Cali logró demostrarle a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac por su sigla en inglés) y a las autoridades colombianas que depuró de sus arcas cualquier rastro de dinero del narcotráfico, por el cual fue permeado años atrás. Conozca a continuación por qué el equipo permaneció tanto tiempo en la lista Clinton y descubra detalles inéditos del proceso que lo llevó nuevamente a la vida.

 

13 años en la lista Clinton

América de Cali no duró 16 años en la lista Clinton, como lo informaron en días pasados todos los medios de comunicación tanto a nivel nacional como internacional, en realidad fueron 13 años, 9 meses y 26 días. Cada minuto de ese largo lapso le aportó al deterioro reputacional, la quiebra económica y la caída deportiva del segundo equipo con más títulos del fútbol profesional colombiano.

Cuando el 8 de junio de 1999 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac por su sigla en inglés) designó al América en la lista de traficantes de drogas especialmente designados (Sdnt por su sigla en inglés), destacó que ‘‘entre las empresas de propiedad o bajo control del Cartel de Cali está el equipo de fútbol América’’.

Ese mismo día el entonces subsecretario del Tesoro de EE.UU., James E. Johnson, afirmó que esa acción servía para dar el ‘‘mensaje de que no vamos a permitir que las empresas pertenecientes a los carteles de la droga se beneficien del uso del sistema financiero de Estados Unidos’’.

Y exactamente eso fue lo que ocurrió. Durante esos 13 años –casi 14– el equipo no pudo recibir el patrocinio de empresas multinacionales ni abrir cuentas en bancos de EE.UU. hasta tanto no demostrara que todo su dinero era lícito.

 

¿Estar en la lista Clinton no importa?

‘‘A muy pocas personas les interesó que en 1999 ‘La Mechita’ fuera incluida en la lista Clinton’’, señala Alejandro Montaño, furibundo seguidor del equipo escarlata. Y justifica su opinión señalando que ‘‘tres años antes (en 1996) el América fue catalogado el segundo mejor equipo del mundo por la Federación de Historia y Estadística del Fútbol de la FIFA (Iffhs por su sigla en inglés), por encima del Real Madrid, el F.C. Barcelona, el AC Milán y el Bayern Munich, entre otros. Además, en el mismo año de 1996 el club fue subcampeón de la Copa Libertadores tras perder la final ante el River Plate de Argentina’’.

Pero hay más: en 1997 se coronó campeón de la edición 50 del torneo profesional del fútbol colombiano, correspondiente a la temporada 1996-1997. Ese campeonato número 50 fue particularmente simbólico puesto que duró un año y medio luego de que la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) ajustara el calendario para entregar los títulos en los meses de diciembre y no en julio. Por si fuera poco, América también ganó la Copa Merconorte de 1999.

Con semejantes logros deportivos internacionales a cuestas, la designación en la entonces desconocida lista no generó mayores inquietudes. Sin embargo, reconoce Montaño, ‘‘con el paso de los años y a medida que en Colombia se tomaba plena conciencia de las implicaciones que tenía aparecer en la lista Clinton, los dirigentes, jugadores y aficionados del equipo comenzamos a preocuparnos’’.

 

¿Qué es la lista Clinton?

La denominada Lista Clinton es en realidad la Orden Ejecutiva 12978 que fue firmada en octubre de 1995 por Bill Clinton, presidente de Estados Unidos entre 1993 y 2001. A través de ese mandato se creó un listado de personas naturales y/o jurídicas presuntamente vinculadas con grupos narcotraficantes colombianos. En consecuencia, los ciudadanos y/o empresas estadounidenses tienen prohibido establecer relaciones comerciales de cualquier tipo con los allí designados.

Los primeros integrantes de la lista Clinton fueron los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, por aquel entonces dos de los narcotraficantes más poderosos del mundo al ser los jefes del temido Cartel de Cali, junto a José Santacruz Londoño y Helmer Herrera Buitrago.

Si bien los designados en la lista no enfrentan por ese solo hecho un proceso judicial en Colombia, sí se someten a una exclusión del sistema financiero nacional por las repercusiones que tendrían las entidades financieras en caso de vincularlos. Por ejemplo, un banco colombiano que tenga relaciones comerciales en EE.UU. se expone a una multa si vincula a un designado.

Esto se justifica a través de lo expuesto por la Corte Constitucional en la Sentencia SU 157 de 1999 en donde aseveró que ‘‘(…) la negociación con quienes aparecen en la lista Clinton podría propiciar un desequilibrio económico desproporcionado para el sistema financiero colombiano, el cual no puede ser controlado por las autoridades de este país (…). Por lo tanto, la Corte Constitucional considera que la prohibición de negociación bancaria con personas que fueron incluidas en la lista Clinton constituye una causal objetiva que justifica la decisión de la banca’’. La Corte también se pronunció sobre la legalidad de la aplicación de la lista a través de la Sentencia T 468 de 2003.

 

El espinoso camino

Error: pelear con los gringos

Después de la designación en la Lista Clinton los directivos del América de Cali tomaron una decisión errónea, la cual mantuvieron por 10 años (1999-2009): pelear con el gobierno de EE.UU. en lugar de limpiar la casa y sacar los dineros ilícitos de sus arcas.

Además, en 2009 hubo un hecho particularmente molesto para los norteamericanos. En febrero de ese año la Fiscalía logró la aplicación de la extinción del derecho de dominio a 650 acciones del América de Cali, presuntamente pertenecientes al Cartel de Cali. Con dicha acción el Estado –a través de la Dirección Nacional de Estupefacientes– controlaría el 25% del club, lo que permitiría agilizar la liquidación y venta de los activos. Sin embargo, cuando la fiscal del caso llegó a la sede deportiva del América, la Presidencia del club le informó que –coincidencialmente– hacía pocos días habían llegado mil nuevos accionistas. En consecuencia, la participación del Estado en el equipo se redujo a cerca del 8.3%.

 

Cambio de estrategia

En 2010 hubo un giro de 180 grados en la actitud: el entonces alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, le pidió una reunión a William Brownfield, embajador de EE.UU. en Colombia entre 2007 y 2010. El diplomático norteamericano aceptó y se reunió con Ospina, tras lo cual el burgomaestre hizo el primer acercamiento con los delegados de la Ofac en Colombia y les presentó una solicitud informal para reconsiderar la permanencia del equipo en la Lista. ¡Esta fue la primera petición de ese tipo en 10 años!.

La propuesta expuesta por Ospina consistía en democratizar el equipo, es decir, venderle la participación accionaria a la ciudadanía. Sin embargo, para la Ofac la idea tuvo un gran inconveniente y era el hecho de que pretendía vincular a mil nuevas personas. Con ello, el gobierno estadounidense tendría que estudiar la hoja de vida de ese millar de individuos, además de sus antecedentes judiciales en bases de datos colombianas y estadounidenses para certificar que efectivamente no había nuevos narcotraficantes, lavadores ni testaferros en ese grupo.

La Ofac advirtió que la dimensión del trabajo sería enorme y –en caso de aceptar– podría tardar varios años en entregar los resultados.

 

Antiguo América vs. Nuevo América

A pesar de que Ofac no se comprometió a revisar la idoneidad de los centenares de nuevos accionistas del equipo, el 3 de junio de 2010 fue creado ante la Cámara de Comercio de Cali el Nuevo América, una sociedad anónima promovida por el alcalde Ospina que en ese mismo momento salió a buscar nuevos aportantes. Contrario a lo que se temía, el Nuevo América S.A. no fue designado por Ofac en la lista Clinton.

Pero todo no era color de rosa. Al interior del club aparentemente se produjo una disputa entre los beneficiarios de la antigua Corporación Deportiva América y el Nuevo América Sociedad Anónima.

El Nuevo América manejó las riendas de la institución por unos meses –al parecer por el relativo éxito logrado en el primer acercamiento con la Embajada de Estados Unidos–, pero la Corporación siempre fue la dueña de la ficha ante la Dimayor. La mencionada ficha, que es muy difícil de conseguir, es algo así como la inscripción que debe tener cualquier equipo para disputar el torneo de fútbol profesional colombiano.

En julio de 2011 la Corporación Deportiva retomó el control y se comunicó con la Ofac para informarle su deseo de continuar con el proceso de exclusión de la lista Clinton iniciado en 2010.

Hasta ese momento, poco y nada se había avanzado.

 

Insolvencia y la ley del fútbol

El 12 de mayo de 2011 el presidente Juan Manuel Santos sancionó la Ley 1445 o ‘Ley del fútbol’ (que cubre a equipos tanto de la serie A como de la B), la cual fija las directrices para que los clubes deportivos profesionales se reorganicen administrativamente en torno a la figura de sociedades anónimas para evitar el ingreso de dineros de dudosa procedencia. En su momento el Jefe de Estado advirtió que ‘‘o cambiamos el fútbol o se nos acaba el fútbol’’.

La emisión de esa norma se vislumbró como un salvavidas para el América, pero su implementación –como se verá más adelante– no se logró sino unos meses después.

Después de retomar el control, la Corporación Deportiva América solicitó a finales de julio de 2011 un proceso judicial de reorganización empresarial en el marco de la Ley 1116 de 2006 (ley de insolvencia) ante el Juzgado Trece Civil del Circuito de Cali. Dicha solicitud fue admitida por ese tribunal el 5 de agosto de 2011 mediante providencia interlocutoria No. 601.

Con el camino despejado avanzaron las discusiones internas –algunas de ellas muy acaloradas– por medio de las cuales se logró que en la asamblea de afiliados del 12 de noviembre de 2011 se aprobara la conversión a sociedad anónima bajo el manto de la Ley 1445 sancionada por Santos. Así mismo, implícitamente, se acordó terminar con las peleas de la Corporación Deportiva América y el Nuevo América.

De acuerdo con un documento del propio América de Cali, también se pactó ‘‘efectuar una depuración previa de sus miembros, con base en el poder de policía que otorga el Artículo 642 del Código Civil colombiano, exigiéndoles refrendar su afiliación de manera personal’’.

Este procedimiento provocó la salida de varios afiliados, quienes se negaron a presentar los documentos exigidos por la Ley 1445 ‘‘para suscribir y pagar acciones de la sociedad anónima convertida’’. En total quedaron 213 afiliados.

Posteriormente, el 31 de enero de 2012, ante la notaría 23 del Circuito de Cali se constituyó oficialmente el América S.A. a través de la escritura pública No. 174. Allí se mantuvieron los 213 afiliados –ahora accionistas– de los cuales 19 suscribieron las acciones correspondientes para capitalizar la sociedad anónima conforme a la ley.

 

El papel de la Supersociedades

El Artículo 6° de la Ley 1445 le adjudicó competencia a la Superintendencia de Sociedades para vigilar las reestructuraciones empresariales. En razón de esto, la Supersociedades recibió el proceso del América mediante Auto de Radicación No. 2012-01-184704.

Esa nueva supervisión fue bien recibida por la Ofac , toda vez que en ese marco se garantizó el acompañamiento del Estado colombiano en el proceso de exclusión de la Lista Clinton.

El camino comenzaba a despejarse.

No obstante, no fue fácil la tarea que asumió en ese momento el superintendente de Sociedades Luís Guillermo Vélez, ya que debió decidir si el América de Cali entraba a reestructuración o, por el contrario, a liquidación.

Para el Estado lo más fácil era que el club se liquidara, entendiendo que por esa vía la mayoría de la participación accionaria pasaría a manos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) a causa de las millonarias deudas por concepto de impuestos atrasados. En consecuencia, la Dian vendería y el fisco recuperaría el monto adeudado.

 

El América es de Cali

Sin embargo, un exdirigente del equipo americano alzó su voz de protesta y rechazó la eventual liquidación.

¿De quién se trató? Nadie menos que Oreste Sangiovanni.

El mayor temor de Sangiovanni era que la Dian vendiera su participación a empresarios de regiones diferentes a Cali o al Valle del Cauca, lo que en su concepto atentaba contra un bien del pueblo caleño. Vale la pena recordar que el América es conocido en los círculos futbolísticos como ‘La Pasión de un Pueblo’.

La oposición de Sangiovanni –quien también fue presidente del América en 1992– tuvo tanto eco que su liderazgo provocó la renuncia de toda la Junta Directiva el miércoles 16 de agosto de 2012. Un día después fue proclamado presidente y representante legal del América de Cali.

Una vez instalado, Sangiovanni se puso rápidamente una ambiciosa meta: sacar al equipo de la Lista Clinton. A lograr este fin le dedicará los próximos ocho meses.

 

El tramo final

Sangiovanni sostuvo algunas reuniones con Coldeportes, el Embajador de EE.UU. y el Agregado de Ofac en Colombia, tras las cuales decidió que el número de 213 accionistas iniciales se reducía a aproximadamente 90 para agilizar el proceso de revisión de los nombres por parte de la Embajada americana y el Gobierno colombiano.

Además, el ahora Presidente optó por cesar definitivamente a la antigua Corporación Deportiva América y al Nuevo América. Para salvar al equipo tenía que acabar con las disputas internas.

Luego de eso, el 3 de diciembre de 2012, el América de Cali remitió a la Ofac una carta en la que certificó un proceso de debida diligencia con sus accionistas definitivos y formalizó la petición de retiro del club de la lista Clinton (hay que recordar que la solicitud del alcalde Ospina era informal). Ese mismo día también adjuntó varios documentos que demostraban serios avances en el proceso de reorganización con la Superintendencia de Sociedades.

Ya el 15 de febrero de 2013 América recibió una carta de Ofac, enviada desde Washington D.C., en la que le notificaban que el gobierno de EE.UU. no requería más información en el marco del proceso adelantado contra el club.

Finalmente, la tarde del lunes 25 de febrero de 2013 la Junta Directiva inscribió la Sociedad Anónima Deportiva América S.A. ante la Cámara de Comercio de Cali. A pesar de que EE.UU. no requería más documentos, América decide enviar a Washington este registro para adicionarlo a la evaluación definitiva. Esto es visto por los estadounidenses como un buen gesto.

 

El momento anhelado

Hacia las 11:30 de la mañana del miércoles 3 de abril de 2013 el embajador de EE.UU. en Colombia, Peter Michael McKinley, dijo en rueda de prensa celebrada al interior de la Sede Deportiva del América que ‘‘en los casi tres años que llevo representando a los Estados Unidos en Colombia, este es, sin duda alguna, el momento más memorable para mí. Siento gran placer, alegría y satisfacción en anunciarle al país que el América de Cali sale de la Lista Clinton’’, tras lo cual vino un sonoro aplauso que tardó varios segundos en apagarse.

Ese anuncio –memorable para la inmensa fanaticada americana– fue esperado intensamente durante trece años, nueve meses y 26 días por los directivos, jugadores y aficionados del segundo equipo con más títulos del fútbol colombiano.

McKinley recordó, a manera de infidencia, que cuando inició su gestión como embajador en septiembre de 2010, una de sus primeras visitas la realizó a Cali, donde le impresionó ‘‘la pasión’’ que allí genera el fútbol, razón por la cual decidió ‘‘apoyar el proceso legal de salida del equipo de la Lista Clinton’’.

Posterior al anuncio, el diplomático se dirigió a los jugadores de fútbol del América a quienes les confesó que espera ‘‘que este acontecimiento les sirva de inspiración para regresar a la A’’.

Minutos después, Michael Swanson, subdirector de Investigaciones de Ofac, le entregó a Oreste Sangiovanni la carta oficial en la que certifica la salida del equipo de la lista. ‘‘Como representante de Ofac en esta ceremonia, tengo conmigo una carta firmada por el director de Ofac, Adam Szubin, en la que informa oficialmente al América de Cali que ha sido excluido de la lista Clinton. ¡Felicitaciones! (…). América de Cali comienza hoy un nuevo capítulo en su historia’’, señaló visiblemente emocionado.

 

Dato anecdótico

Para terminar esta increíble historia -teniendo en cuenta que el América era el único equipo de fútbol del mundo en la lista- es importante señalar que los representantes de Ofac que habían seguido el caso del América desde su inclusión en 1999 también estuvieron entre los asistentes a la rueda de prensa en la que se certificó la exclusión.

La emoción que mostraron al entrar a la sede deportiva y durante todo el evento fue notable, ya que este habría sido uno de los casos más emblemáticos de su carrera. El gran logro de estos investigadores fue el de ayudar a sacar los dineros ilícitos de uno de los equipos más importantes y queridos de Colombia.

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