Equipos ideales de cumplimiento. Imagen Freepik
Para conformar un equipo en cualquier rubro, en este caso uno de cumplimiento (compliance) eficaz, es necesario integrar personas, procesos y capacidades que garanticen que la organización cumple con las leyes, regulaciones y estándares éticos aplicables.
Por: Lic. Yesica Galván*
Según Walter Elías Disney, los grandes logros de cualquier persona generalmente dependen de muchas manos, corazones y mentes.
La anterior frase me deja reflexionando. Sin duda, un equipo siempre debe estar conformado por muchas manos, corazones y mentes dispuestas a lograr un cambio y unir fuerzas.
Y en un entorno empresarial cada vez más regulado y bajo la mirada atenta –sobre todo de autoridades– contar con un equipo de cumplimiento (compliance) sólido es una necesidad estratégica.
Un área de cumplimiento bien estructurada no solo evita sanciones, sino que protege la reputación, impulsa la transparencia y fortalece la sostenibilidad de la organización.
Pero, aquí viene una pregunta muy interesante: ¿qué se necesita para conformar un equipo de cumplimiento realmente eficaz?
Me permito compartirles algunos elementos que pueden serles de utilidad y en lo personal me han funcionado.
Estructura organizacional
El primer paso para construir un equipo de compliance eficaz es definir su estructura organizacional.
Esta debe estar alineada con la complejidad del negocio, su tamaño y su exposición a riesgos regulatorios, ya que ninguna organización –aunque sea del mismo giro– se enfrenta a los mismos retos, particularmente considerando las zonas geográficas y sectores en los operan.
Talento humano
El talento humano es el motor del área de cumplimiento. Por ello, la selección debe centrarse tanto en competencias técnicas como en valores éticos.
Claridad de funciones
Cada miembro debe tener claridad sobre sus obligaciones. Un equipo eficaz evita duplicidad de tareas y establece líneas de reporte formales. Las funciones esenciales de un área de cumplimiento suelen abarcar:
- Identificación y evaluación de riesgos.
- Diseño y actualización de políticas corporativas.
- Capacitación continua a empleados y terceros.
- Monitoreo de controles y análisis de alertas.
- Gestión del canal de denuncias e investigaciones internas.
- Reportes periódicos a la alta dirección y al directorio.
La claridad funcional asegura disciplina operativa y mejora la trazabilidad de decisiones.
Compromiso real desde arriba
El cumplimiento solo funciona cuando existe un compromiso genuino desde la cúspide organizacional.
Este enfoque —conocido como tone at the top– es crucial para la cultura corporativa y el cumplimiento normativo, ya que guía el comportamiento ético y la integridad de todos los empleados, y no solo lo que está escrito en los códigos de conducta.
Apoyo con la tecnología
Hoy, un programa de cumplimiento moderno depende en gran medida de la tecnología.
Herramientas como los sistemas de denuncias, plataformas de monitoreo, análisis de datos o soluciones de due diligence automatizada permiten:
- Identificar riesgos en tiempo real.
- Reducir errores humanos.
- Aumentar la trazabilidad de decisiones.
- Crear reportes confiables y comparables.
La digitalización convierte al equipo en una función predictiva, en lugar de reactiva.
La importancia de la cultura
Un equipo fuerte no puede operar aislado: necesita una cultura corporativa que valore la ética y la transparencia.
La eficacia del equipo debe evaluarse con indicadores claros como:
- Porcentaje de capacitaciones completadas.
- Número y tiempo de resolución de denuncias.
- Grado de cumplimiento de hitos regulatorios.
- Evaluaciones periódicas de riesgos.
- Resultados de auditorías internas y externas.
La mejora continua permite ajustar la estrategia, según los cambios regulatorios y riesgos emergentes.
Conclusiones
Podemos mencionar y resaltar que conformar un equipo de cumplimiento eficaz implica mucho más que asignar responsabilidades: requiere visión estratégica, talento especializado, procesos bien definidos, herramientas adecuadas y, sobre todo, una cultura que respalde la ética como pilar del negocio.
Un equipo bien construido no solo protege a la organización, sino que impulsa la confianza, la transparencia y la sostenibilidad a largo plazo.
*Presidenta de FINASOC y secretaria ejecutiva de ASONOC.